¿Qué le dirías a tu ‘yo’ de veinte años?
Ah, juventud, bendito tesoro. Chicos, fiestas, amigas. Éramos cócteles de hormonas cuesta abajo y sin freno. El mayor drama del mundo era que te hubieras puesto con subida de garganta un sábado noche y no pudieras salir. Y el mundo se acababa si Rocío se enfadaba contigo o si tu ‘crush’ no contestaba a tus llamadas. Todo se vivía intensamente, todo al límite. Y molaba un montón, no lo negaré.
Pero ahora, dieciséis años después de mis veinte años (se dice pronto) hay alguna cosilla que le diría a esa cabrita loca de Alex:
1. Di 'no'
Esa palabra mágica que no usamos por miedo. Miedo a no ser complacientes. Miedo a no gustar. Miedo a perder oportunidades de aventura. A la Alex de veinte años le daría alguna que otra lección de asertividad. Un no a tiempo puedes ser una victoria
2. Lávate la cara por la noche, gorrini
Cuando tenía doce o trece años mi madre me enseño a lavarme la cara y me compró una hidratante sencillita. Siempre me he cuidado la cara, pero solo por la mañana. Me avergüenza decirlo pero hasta hace bien poquito, no me lavaba la cara por las noches. Allá que me iba yo al sobre con toda la porquería acumulada durante el día ¡Uf!
Y eso era en los días buenos: alguna noche de farra me iba a dormir pintada como una puerta ¡Que levante la mano la que ha hecho algo similar! Menos mal que desde algún año a esta parte he aprendido que una buena rutina nocturna es fundamental para una piel sana.
3. Pierde menos el tiempo
El master en gestión de tiempo nos lo sacamos con los años, cuando nuestro tiempo de ocio se reduce a la mínima expresión es cuando aprendemos a valorar los pocos minutos libres y los exprimimos al máximo. A la Alex de veinte años le diría que se apuntara a clases de salsa y que se tomara en serio el francés
4. Ponte protección solar
No soy la única que no se ponía protección solar y mentía como una bellaca a su madre “sí, mamá, pues claro que me he puesto”, roja como un gambón, un mix único fruto del sol y vergüenza. Si pudiera retroceder casi veinte años, me daría un capón a mi misma y me pondría protección solar. Me habría ahorrado un montón de manchitas indeseadas y estoy segura que alguna que otra arruguita.
5. Chicos: atrévete a hablarles
Los chicos no muerden. A los veinte años quizás babean un poco, pero morder, lo que se dice morder, no muerden. Atrévete a acercarte al chico que te gusta y decirle ¡hola!: pueden pasar cosas maravillosas. Con Diego lo hiciste y funcionó <3
6. Abraza más a las personas que quieres
Los adolescentes son huraños por naturaleza y suelen rehuir de abrazos y de besos. Una muestra de afecto no debe quedarse nunca en el tintero. A la Alex veinteañera le diría de besar más a sus padres, pasar tiempo con su madre, aprender de su papá. La vida te puede dar un vuelco y quedarse demasiados besos y abrazos por dar.
Y tú ¿qué le dirías a tu yo de veinte años?
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