Cómo cuidar la piel en verano
Nuestro cutis sufre enormemente con las altas temperaturas y a riesgo de llegar un poco tarde, es mejor que la cuides desde ya y hagas ligeros ajustes en tu rutina para que no sufra. Cuanto más cuidada esté nuestra piel, más preparada estará para hacer frente a los rigores del verano.
¿Cómo?
1. Hidratación como máxima
Lección básica de física y química: el agua se evapora con el calor. Nuestra piel no iba a ser una excepción a las leyes de la naturaleza y cuando suben las temperaturas, pierde agua. La deshidratación es un problema para la piel: una piel deshidratada está más debilitada y por tanto menos sana, y sus síntomas claros son tez apagada y sensación de tirantez.
Combátela con el activo numero uno en hidratación: el ácido hialurónico. Es una molécula capaz de atrapar la humedad de la piel, alisando las líneas de expresión desde el interior. Otros activos altamente hidratantes que debes buscar en el INCI de tu cosmético: aloe vera, glicerina y extracto de pepino.
2. A tope de antioxidantes
El sol origina radicales libres que atacan a nuestra piel y provocan estrés oxidativo en nuestras células. Blíndala bien con un escudo de antioxidantes y busca productos que incluyan activos como la vitamina C o la vitamina A.
Aprovechamos para desmontar un falso mito. Al contrario de lo que se suele pensar, la vitamina C no mancha la piel, sino todo lo contrario: la protege de las agresiones externas e inhibe la acción de la melanina, responsable de la hiperpigmentación por mancha solar. En definitiva: el uso continuado de la vitamina C va ayudarte a proteger la piel. Deberás ponerte SPF pero por la sencilla razón de que siempre hemos de ponernos protección solar pero no porque vaya a mancharte la piel.
3. SPF, pero todo el año
Esto nos lleva al siguiente punto: el uso de protección solar ha de ser continuado durante todo el año, nada de usarlo solo en verano o cuando vamos a la playa (¡horror!).
La exposición solar continuada y su radiación ultravioleta son extremadamente perjudiciales: no solo acarrean un envejecimiento cutáneo prematuro de la piel, sino problemas mucho más graves como cáncer de piel.
4. Texturas ligeras y refrescantes
Ok, esto no es un requisito para el cuidado de la piel. Es algo que nos apetece. Mucho. La sensorialidad en cosmética es siempre muy importante y en verano no es una excepción. Durante los meses de calor nos apetece texturas fresquitas, ligeras y de fácil absorción. Optamos por de aromas refrescantes y que nos traigan sensación de limpieza. Y ponemos en paréntesis hasta septiembre las cremas super untuosas y ricas, mucho más apetecibles durante los meses de frío.
Si esto es algo común en todo tipo de piel, las pieles grasas y mixtas casi lo necesitan: pueden notar incluso sensación de pesadez o agobio con cremas densas.
Así que la necesidad de más hidratación, de añadir antioxidantes y de optar por texturas ligeras, hace que debamos ajustar nuestra rutina con el inicio del buen tiempo, y teniendo siempre en cuenta nuestro tipo de piel.
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